Realiza una donación a la Enciclopedia Colchagüina para poder preservarla
Realiza una donación a la Enciclopedia Colchagüina para poder preservarla

Locomotora a vapor N.° 607 tipo 57

De la Enciclopedia Colchagüina
Locomotora a vapor N.° 607 tipo 57
Localización
Ubicación San Fernando, provincia de Colchagua (1987-2011)
Información general
Administrador Empresa de Ferrocarriles del Estado
Características
Tipo Monumento Histórico
Protección
Declaración Decreto N.º 109 (1996)

La locomotora a vapor N.° 607 tipo 57 y su tender es un monumento nacional histórico. El vehículo fue usado para transporte de pasajeros en el ramal San Fernando-Pichilemu hasta 1949. En 1987 fue llevada a San Fernando, donde fue reparada y se mantuvo hasta 2011, siendo utilizada en la actualidad por la Empresa de Ferrocarriles del Estado para viajes turísticos.

Historia

La locomotora fue construida entre 1913 y 1914 por la Sociedad Maestranza y Galvanización Caleta Abarca, provincia de Valparaíso.[1] El diseño es de la compañía escocesa North British Glasgow, y esta locomotora en particular es una de las treinta que la Empresa de los Ferrocarriles del Estado mandó a construir en este período, siendo también una de las primeras de ejecución nacional.[2]

Prestó servicios para la Empresa de los Ferrocarriles del Estado hasta 1949, en los ramales San Fernando-Pichilemu y San Fernando-Las Cabras, destinándose después a la zona de Concepción.[1] En 1977 estaba en Osorno y seis años más tarde, en 1983, hizo sus últimos viajes en la IX Región de La Araucanía, zona de Temuco.[2]

Fue en esta época, durante la dictadura militar, que la Empresa de los Ferrocarriles dio de baja y vendió numerosas locomotoras a vapor, coches y carros para convertirlos en chatarra. En ese contexto, el Grupo Pro Museo, con la asesoría de la Asociación Chilena de Conservacionistas del Patrimonio Ferroviario y la Asociación de Ferroviarios Jubilados y Montepiadas de San Fernando, iniciaron las gestiones para rescatar una locomotora que tuviera vinculación con la zona. Así fue como lograron la entrega en comodato a la municipalidad de San Fernando, con fecha 31 de diciembre de 1986, de la locomotora a vapor N.° 607 tipo 57 "con el fin de engalanar un lugar de la ciudad de San Fernando".[3]

El 21 de mayo de 1987 la locomotora llegó desde Temuco hasta San Fernando.[3] En esa ciudad fue restaurada por el profesor Víctor León Vargas, sus alumnos del Liceo Industrial de San Fernando, ferroviarios activos y jubilados, apoyados por instituciones y la comunidad sanfernandina.[1] En esta primera intervención se desarrolla el mejoramiento de la locomotora en términos estéticos, incluyendo limpieza, pintura y tratamiento en alguna de sus piezas.[2] El 2 de diciembre de 1987 fue presentada a la comunidad.[4] Aunque el lugar donde se ubicaría la máquina era el museo casa Lircunlauta, "nunca se contó con financiamiento de la municipalidad para su traslado". Entre 1991 y 1994 se ubicó en un desvío particular. En ese último año apareció como parte del mobiliario decorativo de la película "Los náufragos" de Miguel Littín.[3]

El 20 de septiembre de 1995, el profesor Víctor León Vargas, historiador y vicepresidente del Centro Cultural Museo de Lircunlauta de San Fernando, solicitó al Consejo de Monumentos Nacionales la declaración de la locomotora y su tender como monumento nacional histórico. En su misiva, León declara que la máquina "representa una pieza del patrimonio ferroviario y su calidad de monumento histórico favorecería su conservación", acompañando una lista de 75 firmas de sanfernandinos que apoyaban la nominación. El Consejo de Monumentos, en sesión del 8 de noviembre de 1995, aprobó la declaratoria.[5] El 8 de febrero de 1996, por decreto del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, la locomotora y su tender fue declarada monumento nacional histórico.[1]

Trabajos de la segunda restauración de la locomotora, entre 1997 y 2001.

Una segunda restauración de la locomotora tuvo lugar entre 1997 y 2001, la que fue desarrollada por los profesores de mecánica Víctor León, Adolfo Pailamilla Catalán y Jaime Herrera Inostroza,[6] así como alumnos del Liceo Industrial de San Fernando, caldereros, ferroviarios y otros colaboradores, trabajos que tuvieron como objetivo el volver a hacer operativa la locomotora para viajes turísticos entre San Fernando y otras ciudades cercanas como Curicó y Rancagua. Con ese objetivo, y con el aporte de materiales por Pedro Ramírez Zúñiga, Andrés Salazar y Karla Serce, fueron fabricadas más de 250 piezas en los talleres del liceo.[7] A fines de 2001 la locomotora se trasladó hasta la Maestranza Chena donde se reparó principalmente su caldera.[2] En agosto de 2003 ya se encontraba nuevamente operativa.[8]

La municipalidad de San Fernando, comandada por el alcalde José Figueroa Jorquera, acordó el 20 de enero de 2004 con algunos concejales entregar "solo de manera verbal" la locomotora a la Corporación Tren del Vino para que prestara servicios en el proyecto Tren del Vino, sin autorización del Consejo de Monumentos Nacionales.[3] Entre 2004 y 2010 circuló en aquel servicio ferroviario, que unió a San Fernando con Peralillo.[2] La Corporación Tren del Vino se había comprometido a participar en un taller maestranza que se instalaría en la casa de máquinas de San Fernando para mantención y restauración de máquinas patrimoniales, lo que no se concretó; igualmente, la Corporación no respondió una solicitud del ministro de Educación Sergio Bitar para aportar dinero para adquirir máquinas para los talleres que habían dado nueva vida a la locomotora. El director del Liceo Industrial Daniel Núñez, así como la Corporación Mutual Santiago Watt filial San Fernando, fueron muy críticos de Carlos Cardoen Cornejo tras la aparición de un reportaje en 2011 en que se arrogaba la restauración de la máquina.[6] A juicio de Víctor León, "los beneficiados con la locomotora nunca han reconocido hasta ahora este sacrificio estudiantil y ciudadano sanfernandino en pro del patrimonio".[3]

"[...] Después de todo esto apareció el señor Cardoen con su proyecto del Tren del Vino que significaba resucitar el querido ramal a Pichilemu, lo que entusiasmó a quienes estábamos trabajando pensando que eso traería beneficio para San Fernando y mucha gente. Pero después nos dimos cuenta que este trabajo nuestro solo sirvió para beneficio del señor Cardoen, solo conformándonos con ver salir el tren porque el costo del pasaje superaba las expectativas del ciudadano común, siendo solo para la élite del país y de extranjeros. Mucho más podríamos recordar, pero hoy en día, todos los que nos sacrificamos trabajando por años con esta locomotora, solo nos conformamos con aspirar el humo".

Óscar Muñoz, presidente; Osvaldo Jorquera, tesorero; María Teresa Henríquez, secretaria. Corporación Mutual Santiago Watt, San Fernando, abril de 2011[9]

Después del terremoto del 27 de febrero de 2010, la locomotora permaneció en la Casa de Máquinas de San Fernando, donde le fueron sustraídas piezas como el lubricador Detroit. Por ello la Empresa de los Ferrocarriles se la llevó a la maestranza San Eugenio, en la Región Metropolitana, el 17 de febrero de 2012.[3] Ha prestado servicios ocasionales para recorridos turísticos.[2]

Descripción

La locomotora consiste en una estructura de 15.5 metros de largo, 84 toneladas de peso, y que puede alcanzar una velocidad máxima de entre 60 a 80 kilómetros por hora. Las máquinas de este tipo se caracterizan por no tener problemas al transitar por curvas cerradas o pendientes pronunciadas, como las que tiene el ramal San Fernando-Pichilemu.[10]

Referencias

El acceso a las notas y referencias está restringido a usuarios registrados.