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Jacinto Avendaño Molina

De la Enciclopedia Colchagüina
Jacinto Avendaño
Nacimiento 16 de agosto de 1847
San Fernando, departamento de San Fernando, provincia de Colchagua
Residencia Santiago
Ocupación Obrero

Jacinto Avendaño Molina (n. 1847) fue un obrero mecánico, calderero e industrial, originario de Colchagua.

Biografía

Nació en San Fernando, provincia de Colchagua, el 16 de agosto de 1847, hijo de Felipe Avendaño, acaudalado agricultor de Aconcagua, y Rosa Molina.[1]

Estudió dos años en una escuela primaria, para pasar a la Escuela de Artes y Oficios en Santiago, la que abandonó a los trece años de edad sin conocimiento de sus padres.[1]

Consiguió trabajo en la maestranza de Ferrocarriles en Valparaíso, ciudad en la que se asentó inicialmente. En 1868, con 21 años, era jefe de calderería en la maestranza de Limache.[1]

Se casó con Mercedes Zúñiga (fallecida en agosto de 1909), con quien tuvo cinco hijos.[1]

Avendaño fue fundador del Partido Demócrata en Valparaíso. Ocupó el cargo de regidor del municipio de Valparaíso en el período 1903-1906.[1]

Despedido de su trabajo en la maestranza de Valparaíso, aparentemente por causas políticas, estableció un taller de calderería y carrocería en la calle del Retamo, el que fue incendiado en abril de 1907 junto con la casa de su hija Amelia.[1]

En 1907 se mudó a Santiago para trabajar como contratista en la reparación de calderos en la maestranza de Yungay. Participó en la institución denominada Federico Stuven.[1]

Sus biógrafos decían sobre Avendaño:

Hoy, en 1916, a los 70 años de edad, se encuentra todavía fuerte y vigoroso para el trabajo. Después que ha pasado dos años sin colocación, retirado en su hogar, ha vuelto a empuñar la herramienta y el yunque del calderero, trabajando temporalmente como operario en La Calera.

¡Será una de las vueltas del mundo! ¡Variaciones de la suerte! ¡Signos de estos tiempos! ¡Acaso inclemencias del destino!

Este anciano, adalid de la democracia en Valparaíso, luchador constante por la instrucción, benefactor de las instituciones y de las personas, posee medallas y diplomas que acreditan sus bondades. ¡Puede estar tranquilo por su obra, y por el rol que ha desempeñado en la vida, en obsequio de su familia y de sus semejantes![1]

Referencias

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